lunes, 14 de marzo de 2011

A veces

A veces es todo o nada. A veces no sabes qué hacer. A veces te sientes confuso. A veces crees que nada merece la perece la pena. Y a veces te crees capaz de comerte el mundo.

A veces nos perdemos. No importa si nos perdemos en una ciudad desconocida o en un mar de pensamientos sin sentido. Simplemente no encontramos el camino. Entonces hay dos opciones, la primera es vivir una aventura, seguir el camino aunque no sepas a donde te lleve. No pensar y simplemente dejarte llevar, por el instinto, por tus sentimientos. La segunda es lamentarte eternamente de haberte perdido. 

La vida es un continuo camino de perdición. En el que la única manera de vivir es seguir adelante. Un paso detrás de otro. La mejor manera de aprender es equivocarse. Para poder saborear el éxito primero has de fracasar. Si crees merecerte un descanso, primero has de estar cansado. Para poder vivir no hay que tener miedo a enfrentarse a nada. O bien enfrentarse a esos miedos. No vale la pena lamentarse, castigarse o pensar demasiado. Importa seguir caminando. ¿Para qué perder el tiempo pensando en lo mal que hemos hecho algo si ya está hecho? Sólo levántate y sigue adelante.

Amar. Amar lo que haces. Amar lo que eres. Amar las oportunidades de la vida. Amar a quien te importa. Luchar por lo que quieres. Tener una ilusión.

La vida es fácil, sencilla y dinámica. No merece la pena complicarla. No pierdas el tiempo pensando en algo que no te va a llevar a ninguna parte y no te va a hacer feliz.  Sólo vive, siente, déjate llevar. A fin de cuentas, si algo tiene solución ¿para qué te preocupas? Y si no la tiene ¿para qué te preocupas?




No hay comentarios:

Publicar un comentario