lunes, 24 de enero de 2011

Madrid


Hoy, hace apenas un par de días que he vuelto a  la Universidad. Empiezo a echarlo todo de menos y me he acordado de un texto que escribí en Noviembre y que ahora quisiera compartir con vosotros. Aquí os lo dejo.
17 Noviembre 2010

Hace ya lo menos tres meses que no he vuelto a pasar por el abarrotado transbordo de avenida de América del que tanto solía quejarme cuando tenía que recorrerlo dos veces al día, todos los días. Transbordo que podía hacer con los ojos cerrados. Ahora, si cierro los ojos, puedo seguir con la mente dicho recorrido, sentir el barullo de la gente, el ambiente, el olor a cerrado y a subterráneo. Ese olor a polvo extraño que te hace sentir que necesitas salir a la calle para volver a respirar aire puro. Un aire, que, en pleno centro de Madrid, poco tendría de puro.

Ahora, sentada en la que desde hace tres meses es mi mesa de estudio, puedo observar el mapa del metro de Madrid que tengo pegado en la pared y recordar esos momentos. Y lo diferentes que son al estilo de vida que se lleva aquí. En medio de la nada, entre las montañas. Aire puro y a una hora y media de Nueva York.

Recuerdo la primera vez que fui sola a Nueva York. Me sentía libre, dueña de mí misma, de mis actos, de mi vida. Algo que nunca antes había sentido. Estar tan rodeada de lugares y personas desconocidas y, sin embargo, tener una conciencia sobre mí misma que nunca antes había tenido. Sentirme yo misma más que nunca antes y más que en cualquier otra parte en la que hubiese estado antes. Una de esas sensaciones embriagadoras que te dan ganas de llorar.

Hoy hace exactamente tres meses y dos días que me bajé del avión. Es una sensación extraña estar en la ciudad de tus sueños y al mismo tiempo saber que no volverás a ver la ciudad que es tu hogar hasta cuatro meses después.

Llevaba exactamente 20 años viviendo en Madrid. Es decir, toda mi vida. Nunca antes había salido de mi casa para pasar tanto tiempo fuera. Madrid se ha convertido en una ciudad que ahora forma parte de mí. Pero sólo en la distancia he podido darme cuenta de eso. Su gente, sus calles, sus luces de noche. Sus días calurosos de verano y los fríos de invierno. La nieve y el sol abrasador. El metro de siempre, el tren de siempre, el mismo recorrido de siempre. La misma gente de siempre.

Ahora, a ocho mil kilómetros de distancia, puedo cerrar los ojos y sentir la ciudad. Las calles por las que solía pasear, los bares a los que solía ir, las cafeterías que solía visitar… cosas de las que solía quejarme, y que ahora añoro. Es como si hubiese creado una imagen perfecta de todo eso.

Pero sí hay algo que tiene Madrid, que esta ciudad no tiene. Madrid huele a antiguo, a historia. A los metros abarrotados y a los conductores de autobús camicaces. A bohemios leyendo en un parque, a amigos cantando y tocando la guitarra, a enamorados cogidos de la mano, a besos robados en una esquina escondida. A amaneceres en una discoteca y atardeceres en la Plaza de Oriente. Madrid huele a tráfico, a gente, a vida. Huele a arte y a ciencia. A la gente desconocida que te cruzas a diario y a aquéllos conocidos que te encuentras por accidente. A la vida universitaria y a los ancianos paseando por El Retiro. Huele a realidad y dolor. Pero también a misterio, magia y alegría. A jaula y a ansias de libertad. A las historias que conocemos y las que se quedarán siempre escondidas entre sus calles.

Madrid… Madrid huele a todo aquello que una mente intrépida quiera imaginar.

Patricia Felix Santolaria

6 comentarios:

  1. Es ahora, estando allí, cuando te das cuenta de todas esas pequeñas cosas que tiene Madrid y hasta ahora no te habías detenido a pensar en ellas. Lugares, momentos, matices…, infinidad de diminutas partes que ahora añorarás con gran pasión, pero que antes de marcharte no te sorprendían porque siempre estarían ahí.

    Cuando volví de Londres, el primer verano que fui, estuve casi tres días mirando todo, absolutamente todo, con sumo cuidado. Nunca pensé que llegaría a echar de menos comerme un helado por la calle en compañía de alguien. Recordaba partes de mi casa en las que nunca me había detenido a admirar. E infinidad de cosas de ese estilo.

    Pero es que, cuando regreses aquí, a Madrid, vas a echar de menos todo aquello; te acordarás de tu campus, de lo gigantesco que era, de los árboles y sus colores en otoño, de tu habitación y de las cuatro cosillas que tenías para adornarla (desde luego nada que ver con la decoración de tu cuarto en Madrid). Añorarás las escapadas con los amigos, e, incluso, estudiar allí.

    Con todo esto te quiero decir que, está bien que recuerdes Madrid, porque así ya tienes planes de lo que vas a hacer y qué es lo que quieres volver a ver cuando regreses, pero también disfruta de la oportunidad que se te ha presentado en la vida y que tú muy bien has sabido aprovechar; pues aprovéchala más!! Lo que tú estás viviendo no es algo que todos puedan hacerlo, es muy grande, y tienes que vivirlo con alegría, y disfrutando los días buenos e ignorando los malos.

    Y en cuanto a la expresión escrita… nena, esa última frase me ha encantado. He disfrutado mucho leyéndote, porque me esperaba expresiones y verbos repetidos por doquier y en absoluto ha sido así. Escribes muy bien y es una lástima que hayas tardado tanto en abrirte un blog!!

    Enhorabuena, melona!

    ResponderEliminar
  2. PuF! Por si con Cintia no valía, ara vienes tu y me demuestras que escribes tambien que tira pa' tras xD

    Me ha gustado las sensaciones que cuentas. Es más o menos como imagino un viaje laaaargo, con ese tipo de sentimientos, pero nunca he tenido la oportunidad de escaparme de casa de forma prolongada, por eso creo que aún no puedo entender cuanta fuerza tienen todos esos sentimientos.

    Me gusta paty ^^ Bonita segunda entrada. Muá!

    ResponderEliminar
  3. Desde luego que fuiste eficiente Marcos, me hiciste un gran favor y te lo agradezco mucho, jejeje Ahora cuando tenga tiempo lo que tendré que hacer es ponerme a estudiar cómo pueden ser los diferentes diseños del blog... jaja Que con lo poco que entiendo yo de esto, vete tu a saber si no me cargo algo... jajaja

    Y muchas gracias por vuestros comentarios, me alegro mucho de que os guste :) Este fin de semana me voy a Boston (si no nieva y me cierran las carreteras), así que a lo mejor la semana que viene escribo algo sobre ello, jejeje

    Lo cierto es que cuando estuve de vacaciones en Madrid de pronto lo veía todo distinto, quería disfrutarlo todo más, grabar en mi mente cada pequeño detalle para llevarlo conmigo. Supongo que cuando vuelva dentro de un año y medio me pasará lo mismo con el abiente de aquí. Es totalmente diferente, pero supongo que por eso ambos aportan cosas importantes...

    Un beso a los dos chicuelos!!

    ResponderEliminar
  4. ya se van notando los cambios en este blog!! eso está bien, significa que esto "rula" jajaja

    y no te preocupes, mientras que no des al botón de "destruir el blog" no creo que pase nada, así que tú investiga!!

    ResponderEliminar
  5. Esta lindo tu blog & tu entrada pues preciosa, me trajo nostalgia el fondo es el primer fondo que use :) sere tu seguidor numero 4 =D besos

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias!!! Yo voy poquito a poco, que soy nueva, no me lo quiero cargar y tengo que ponerme a estudiar ya el lunes.... jejeje

    Con este apoyo si que dan ganas de seguir escribiendo :)

    Besos!

    ResponderEliminar