jueves, 11 de septiembre de 2014

Traspiés


A veces, es como si nada tuviera sentido. Ni lo que oímos, ni lo que vemos, ni lo que decimos, ni siquiera lo que pensamos. Como si nos viéramos sumidos en un mar de incertidumbre en el que todo nos desconcierta.  Sentimos que caminamos por un mundo en el que todos a nuestro alrededor nos parecen extraños. Nos sentimos incomprendidos. Las palabras suenan ajenas en nuestra boca. Porque no hacemos más que equivocarnos y todo nos sale siempre del revés. No sabemos cómo pensar, cómo actuar… ni siquiera cómo o qué sentir. Nos hacemos tantas preguntas sin respuesta. Porque todo cambia. Nada es como al principio ni terminará de la misma forma. Sólo evoluciona, aunque ni siquiera sepamos cómo.

Quisiéramos encontrar algo estable sobre lo que apoyarnos a descansar, o simplemente a evaluar y observar lo que pasa a nuestro alrededor. Como si siendo espectadores fuéramos a poder entenderlo todo mejor. Pero nunca es más divertido ser espectador de tu propia vida. Es como un frenesí continuo que no nos deja tiempo para respirar. Y nuestra mente nunca para. Como si camináramos continuamente dando traspiés. Apenas te da tiempo a levantarte y volver a erguir la vista, cuando vuelves a tropezar. Te sientes torpe, te preguntas por qué. Pero tampoco lo entiendes. Nada tiene sentido.


A veces, nos encontramos siguiendo un camino que ya no recordamos por qué lo tomamos, o si tenía sentido hacerlo. Si lo sigue teniendo. Si alguna vez lo tuvo. “Crea tu propio camino” dicen. ¿Cómo? Me pregunto yo. “Se hace camino al andar”. Y mañana… ¿tendrá sentido alguno de los pasos que di hoy?

“Loca” dicen. ¿Y qué es loco cuando nada tiene sentido? Loco para mí sería que algo lo tuviera.




Y pienso, quizás la vida sea un continuo no entender nada pero seguir avanzando. Quizá la vida, a veces, sea un continuo caminar dando traspiés. Quizá cuando nada tiene sentido es cuando hay que empezar a crear un nuevo sendero por el que caminar. Porque quizá, si no podemos encontrar el por qué,  es porque tenemos que aprender a vivir sin él.




No hay comentarios:

Publicar un comentario