sábado, 24 de septiembre de 2011

Otoño en Nueva York



El sol de la mañana se cuela entre las cortinas acariciando mi piel. Él, de espaldas, mira por la ventana. Cada parpadeo trae los recuerdos de la noche pasada. Unas amigas, unas risas, unas cervezas. Un bar del que apenas recordaré el nombre. Miradas tímidas, caricias inesperadas.

Una conversación confiada. Correr de la mano para alcanzar el metro. Una puerta que se cierra a mis espaldas. Sus manos en mi cadera y mi cuello. Sus labios en los míos.

Él me oye moverme en la cama y se da la vuelta. Me mira y se acerca a darme un beso. Un beso que devuelve consigo la pasión de una noche, el misterio de lo desconocido. Y volver a perderse entre las sábanas intentado evitar que la aventura llegue a su fin.

El agua de la ducha recorre cada rincón de mi cuerpo que, hace un momento, él acariciaba. Salimos a la calle y me acompaña a la estación. Sentimientos encontrados y palabras que nunca serán pronunciadas. El sol hace relucir los infinitos colores de los árboles. Uno de esos días que los americanos llaman “Indian Summer”. Un día de primavera que se cuela en el otoño acompañando a una aventura veinteañera.

Una despedida. La última mirada, la última caricia. La certeza del adiós. Un adiós que trae consigo la sensación embriagadora de algo que sólo puede vivirse en el Otoño de Nueva York. Donde la magia cobra vida y el amor dura una noche.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Welcome Back


Supongo que después de haber dejado el blog abandonado durante los fantásticos tres meses de vacaciones que las Universidades americanas te permiten, vuelve a ser hora de ir poniendo al día la información.  

Tras haber aguantado un año compartiendo baño con desconocidas, comiendo una comida de la que nunca supimos su procedencia ni sus ingredientes y de haber estado compartiendo habitación, hemos decidido tener nuestro propio piso de estudiantes, el cual, en este caso, es más una “casa” de estudiantes (a pesar de que ciertas generaciones anteriores discrepan bastante acerca de la idea de vivir "off campus"). Por fin tendremos el baño limpio, habitaciones individuales y sabremos lo que comemos.

Lo cierto es que al final hasta de vacaciones se aprenden cosas. Aprendes que las costumbres en tu casa pueden cambiar y que no es divertido tener un mes de vacaciones mientras todos tus amigos están estudiando para los finales. Aprendes no sólo a quién le importas si no quién te importa a ti, te das cuenta de que echas de menos las cosas más sencillas e insospechadas. Y aprendes también que, hasta aquello que dabas por sentado y que creías que ya no se podía exprimir más, puede dar otras tres o cuatro vueltas completamente imprevistas.

Hacer un resumen de todo lo vivido y todo lo aprendido durante un año en mi “exilio” no serviría de nada, puesto que todo puede cambiar en cualquier momento y a fin de cuentas, lo que importa, es el hoy. Somos demasiado jóvenes para preocuparnos sobre un futuro incierto en un mundo imprevisible. La vida no es más que un conjunto de sucesos inconexos e inesperados.

Así que, vuelvo otra vez para seguir contando las experiencias, sentimientos, recuerdos y novedades. Con nuevas asignaturas, con nuevas personas por conocer y con el ánimo, las expectativas, las ganas de fiesta y la pereza por ir a clase que tiene cada nuevo año.

I can’t promise tomorrow
But I promse tonight

LIVE LIFE